Strings

Un riscópodo que se suele encontrar en las profundidades de la Bóveda Solar Hundida. Aunque en el entorno salvaje suele ser asustadizo, se acostumbra rápidamente a aquellos en los que confía.

Riscópodo ardiente

A este efusivo riscópodo se le conoce por su personalidad valiente y su coraza impenetrable. Puede ser sociable (incluso charlatán) con los que considera sus amigos.

Riscópodo verde esmeralda

El tono rosado y la dulce disposición de este riscópodo provienen de su dieta de dulce savia solar. La luz de su cabeza brilla más suavemente que las demás.

Riscópodo flamarrosa

Las puerranas disfrutan al retozar por las Cavernas Cinceladas, de danzar en la Gruta Brilloselénica y de tomar el sol en la Bóveda Solar Hundida.

Puerrana bronceada

Las vibrantes hojas distinguen a esta vibrante puerrana de las demás. Nunca se cansa de expresar su alegría, ya sea al recibir obsequios, mascotas o un poco de atención.

Puerrana jubilosa

A diferencia de su congénere, esta puerrana pensativa disfruta de la soledad y la tranquilidad. Se la puede encontrar a menudo soñando despierta en pacíficos charcos de leche de cueva.

Puerrana anhelante

Si parpadeas, te puedes perder al glémur, que se funde fácilmente con sus entornos verdosos. Una criatura imperturbable, siempre lista para un reto.

Glémur curioso

Los avistamientos de este glémur solo comenzaron tras la infiltración de la sombra. Pudo sobrevivir disfrazándose para acomodarse al entorno.

Glémur amortajado

Estudiar a este glémur tan juguetón ha demostrado ser difícil, ya que suele robar las notas de los Buscasoles. Menudos bromistas irredentos.

Glémur travieso

Los peques siempre son lindos, pero... hay excepciones.

Diablobicho peque

Si esto es lo que Geode hace a los diablobichos, esperemos que nunca salgan a la superficie.

Diablobicho horrendo

Dada su personalidad extremadamente sociable, los saltótems fueron las primeras criaturas de las cuevas domesticadas por los geodianos. Les encanta estar acompañados, especialmente si se ofrecen dulces.

Saltótem saltarín

Este saltótem de ojos brillantes y saltones es incontenible incluso ante las sombras. Además no sabe ver el peligro, ya que es demasiado inocente como para comprender que puede resultar dañado.

Saltótem efervescente

Debido al amor de este saltótem por los baños en leche de cueva, su piel tiene un aspecto perfecto, ¡y lo sabe! No se cansa de mirar su propio reflejo o batir sus sedosas pestañas cuando alguien pasa por delante.

Saltótem hermoso

Este chirriamontes, verde como las Vetas Esmeraldas, obtiene ese color comiendo cada día diez veces su peso en algas de las cuevas. Un apetito insaciable para un pícaro incorregible.

Chirriamontes fresco

A este chirriamontes con franja de carreras especial le encanta arrastrarse en círculos en torno a los de su especie. Aunque no es más rápido, él se cree que es toda una leyenda.

Chirriamontes supersónico

Con sus colores sólidos y sus ojos cautivadores, este chirriamontes es toda una belleza y solo presta su atención a las más exquisitas danzas de cortejo.

Chirriamontes glamuroso

Esta ovodusa común está feliz de deambular por cualquier parte humedeciendo sus entornos al pasear de flor en flor, de planta en planta.

Ovodusa ambarina

Cuando vinieron las sombras, muchos hábitats de las ovodusas acabaron destruidos. Esta ovodusa sobrevivió enmascarándose en energía caótica: un punto luminoso en una época oscura.

Ovodusa espectral

Esta ovodusa poco común, siempre empapada, salpica allá por donde va. Cuando está domesticada es una mascota muy afectuosa, así que hazle un favor a tus pies y ve descalzo.

Ovodusa cabalgaolas

Unas antiguas pinturas rupestres sugieren que estas misteriosas criaturas volátiles han estado observando la vida de las rocas y los guijarros desde lejos durante siglos.

Cubrillo perplejo

Al mirar a este cubrillo, uno piensa en la poeta geodiana Breccia Schist, que escribió: «En este extraño espejo, vemos todo el mundo».

Cubrillo enigmático

A este cubrillo tan emotivo le afecta tanto la vergüenza que su cuerpo se pone rosa para siempre, o al menos durante más tiempo del que duran la mayoría de vidas geodianas.

Cubrillo delicado

Como la cienpirraya es muy tímida, lo único a lo que aspiramos los extraños es a verla huir. Aun así, ¡qué suerte que su velocidad sea tan maravillosa!

Cienpirraya zigzag

¡Con qué ligereza bate las alas! Es un placer contemplar a esta cienpirraya vagar por la Gruta Brilloselénica, tan rítmica y cautivadora como una canción geodiana.

Cienpirraya majestuosa